Aquéllos maravillosos años

No nos hemos vuelto locos. Aunque en esta entrada vamos a abordar una serie de televisión seguimos siendo un blog de moda. Pero es que ver un capítulo de Mad men, la archipremiada serie de la AMC norteamericana, es sin duda toda una lección de estilo. Podríamos decir, sin temor a equivocarnos, que la serie es arte hecho ficción, y es que pese a que su argumento no sea su fuerte -sobre todo para los que acostumbrados a capítulos en los que la agilidad de la trama es conditio sine qua non para engancharse a ella-los magníficos diálogos entre el humo de cigarrillos y gin-tonics, la estupenda fotografía, el cuidado de los más nimios detalles y las mujeres de faldas breves que abundan en la pantalla, hacen de este drama un auténtico deleite para los sentidos.


Ambientada en el Nueva York de los turbulentos años 60, la serie gira alrededor del conflictivo y competitivo mundo de la publicidad, y narra las historias de los hombres y mujeres que trabajan en la agencia Sterling Cooper, quienes hacen del vender un arte y cuyas vidas son movidas por sus egos. La teleserie de  Matthew Weiner ha sido mundialmente aclamada por su autenticidad histórica, su estilo visual, su guión y sus actuaciones, ganando numerosos premios, entre los que destacan tres Globos de Oro y 9 premios Emmy. De hecho ha sido la segunda serie emitida por cable en Estados Unidos que ha ganado el premio Emmy a la mejor serie dramática.


En la serie se refleja el llamado "período Camelot", un momento de optimismo en América interrumpido por el asesinato de John F. Kennedy y la Guerra de Vietnam. Marilyn Monroe y Jackie Kennedy eran los modelos a seguir en cuanto a vestuario. Janie Bryant consigue esa ambientación cuidada hasta el más mínimo detalle tanto en las protagonistas femeninas como en los masculinos:

Pocas series han sabido llevar el diseño de su vestuario a niveles tan altos. La artífice de ello ha sido su diseñadora Janie Bryant. Prueba de ello, es que Mad Men ha cautivado en todos los niveles y más aún en el de la moda, es que ha contaminado los diseños de las colecciones de los grandes diseñadores del momento. El primero en atreverse con la estética que impregna la serie fue Tom Ford (que -pese a que la diosa catódica, y, a la sazón, pija oficial del reino, Carmen Lomana, lo definiera como un
working class- triunfa como la Coca Cola con sus diseños) en la película Un hombre tranquilo y con multitud de guiños en sus últimas colección. Después llegarían Michael Kors, Louis Vuitton, Nina Ricci (con su colección de carteras de mano), Tom Ford (con una colección de gafas de inspiración retro) y Prada, que no han querido desperdiciar el tirón de la serie para hacerse con una clientela adicta a lo vintage. En España, Canal + llegó a un acuerdo con el diseñador Javier Larrainzar para que diseñara una corbata al estilo Donald Draper -protagonista de la ficción-. Los almacenes Bloomingdale´s dedicaron un espacio exclusivo para Mad Men y los sastres Books& Brothers han puesto en venta un traje inspirado en Don Draper. El último en sumarse a la madmenmanía ha sido John Galliano, que en su colección primavera-verano para Christian Dior, presentada esta semana en París, ha homenajeado a la serie americana con diseños inspirados en los años 50.




Jesús del Pino.

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